La literatura en una pantalla de ordenador es rara, casi inexistente. Sin embargo, el mercado del libro digital está a punto de despegar. Las empresas americanas como Google están ya en ello. ¿Para cuándo una verdadera proposición literaria digital en Europa?
Europeana, la Biblioteca digital europea, está en marcha. El proyecto levantó tal entusiasmo que en su inauguración, el 20 de noviembre, la página web se saturó. Hay que señalar que somos cada vez más los que nos informamos en Internet, pero también tenemos más prisa. En Internet se lee deprisa, ¿pero leeríamos novelas? Cybook, Iliad y el GeR2 son modelos de ‘lectores’, objetos que pueden contener gran número de libros digitales, como los ipod hacen con las canciones. Pero todavía no han encontrado clientes en Europa. En comparación con los japoneses, donde 25 millones de personas leyeron Koizora (Cielo de amor), el primer superventas digital, en sus móviles antes incluso de la aparición de la novela en las librerías, los europeos son hombres de Cromañón.
Atasco en los derechos de autor
La lectura en la pantalla... ¿El futuro?La lectura en la pantalla... ¿El futuro? | kygp / flickrPara los consumidores, el principal freno es el precio. El año pasado, el Lector de Sony costaba entre 500 y 600 euros. Además, no se proponen suficientes obras digitalizadas como para atraer a los lectores a una compra tan costosa. Otro freno a la generalización de la literatura digital es la reticencia de los editores. Temen que las obras de sus autores acaben difundidas gratuitamente en Internet.
"Google Book ha dado a los individuos los medios para escanear un libro y ponerlo a disposición en Google book. Estas prácticas son ya habituales en Estados Unidos, pero la creación tiene un precio, y autores", nos confía Emilie Barreau. Esta editora independiente francesa lanzó el año pasado i-kiosque.fr para contrarrestar este tipo de prácticas. Esta plataforma propone a los editores y autores que digitalicen sus obras, protegiendo al mismo tiempo sus derechos de autor.
Atasco en los derechos de autor
Para los consumidores, el principal freno es el precio. El año pasado, el Lector de Sony costaba entre 500 y 600 euros. Además, no se proponen suficientes obras digitalizadas como para atraer a los lectores a una compra tan costosa. Otro freno a la generalización de la literatura digital es la reticencia de los editores. Temen que las obras de sus autores acaben difundidas gratuitamente en Internet.
"Google Book ha dado a los individuos los medios para escanear un libro y ponerlo a disposición en Google book. Estas prácticas son ya habituales en Estados Unidos, pero la creación tiene un precio, y autores", nos confía Emilie Barreau. Esta editora independiente francesa lanzó el año pasado i-kiosque.fr para contrarrestar este tipo de prácticas. Esta plataforma propone a los editores y autores que digitalicen sus obras, protegiendo al mismo tiempo sus derechos de autor.
En Alemania se está desarrollando el mismo tipo de experiencia. Un ejemplo es Libreka, lanzado por un consorcio de editores. Google book search ofrece a los lectores extractos de libros en total libertad. Para evitar este tipo de prácticas de lectura gratis, la página en alemán solo da acceso a los contenidos de libros con consentimiento de los editores. Estos proyectos tienen un punto en común: se oponen al acceso gratuito de la lectura digital, que podría burlar la política de derechos de autor, y a la formación de un monopolio del libro digital.
Hacia el libro 2.0
Los editores en línea europeos han apostado por una oferta de calidad. Para Guillaume Moreux, de la web miLibris (una plataforma que da apoyo a los autores del libro en la transformación a formato digital), el placer de leer en su pantalla de ordenador es casi nulo. Pero las posibilidades del libro virtual son ilimitadas. El creador de contenido digital nos explica que los libros que leeremos en el futuro en Internet no tendrán nada que ver con nuestras queridas novelas. "El libro en Internet no es un simple canal, es una nueva página en la práctica de la lectura"."El libro en Internet no es un simple canal, es una nueva página en la práctica de la lectura"
Para Emilie Barreau, "el libro digital permite aportar algo al libro en papel". El formato en papel, sin embargo, no va a desaparecer, sino que el libro digital será un complemento. Estos dos visionarios nos describen los libros del futuro. Además del texto, se podrá consultar la entrevista al autor, un vídeo sobre su presentación en la librería, e incluso un reportaje sobre el país donde se desarrolla la acción del libro. Una visión ambiciosa, con el objetivo de hacerse un hueco frente a los actores dominantes del nuevo mercado digital.
La Europa de la cultura contraataca
Una sola caja negra almacena cientos de historiasUna sola caja negra almacena cientos de historias | Biezen / flickrLos editores en línea europeos apuestan por la credibilidad de su oferta. Protegiendo los derechos de autor, evitan entrar en una lógica comercial fatal para la creación. Y Europa cuenta con ellos para la digitalización de las obras literarias bajo derechos de autor. kiosque.fr y Milibris participan en el proyecto Gallica 2 lanzado por la Biblioteca Nacional de Francia (que también estaba en el origen del proyecto Europeana en 2005). Son, en cierto modo, intermediarios entre los editores y las instituciones. Trabajando en común, estos tres actores quieren ofrecer a los lectores europeos una herramienta de búsqueda más completa que Google Book.
La Europa de la cultura contraataca
Los editores en línea europeos apuestan por la credibilidad de su oferta. Protegiendo los derechos de autor, evitan entrar en una lógica comercial fatal para la creación. Y Europa cuenta con ellos para la digitalización de las obras literarias bajo derechos de autor. kiosque.fr y Milibris participan en el proyecto Gallica 2 lanzado por la Biblioteca Nacional de Francia (que también estaba en el origen del proyecto Europeana en 2005). Son, en cierto modo, intermediarios entre los editores y las instituciones. Trabajando en común, estos tres actores quieren ofrecer a los lectores europeos una herramienta de búsqueda más completa que Google Book.Pero el camino es todavía largo. Europa, orgullosa de sus 25 lenguas nacionales, tendrá que movilizar una armada de traductores para ofrecer un acceso multilingüe a los datos digitalizados. Entre 2009 y 2010, la Comisión Europea destinará 25 millones de euros a este fin. Hasta entonces, el trabajo continúa en el interior de los Estados, como indica Emilie Barreau: "el mensaje de la Biblioteca Nacional de Francia es incitar a los editores a vencer sus reticencias (frente al libro digital) y convencerles de llevar las obras a formato digital antes de que ya no puedan hacer nada". Queda por ver si el arranque de orgullo europeo frente al gigante Google llega aún a tiempo. Y si, frente a los 125 millones de dólares invertidos por la empresa americana, el presupuesto europeo será suficiente.
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